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martes, 5 de febrero de 2008

Elia Casillas ... Y yo, ¿por qué no me callo?





















Si tuviera que disculparme por lo que escribí acerca del ampayeo en nuestro béisbol sería con Mercedes, ya que es posible, aunque no lo establezco, que él pudiera sufrir las consecuencias. Tal vez en el pasado se habría dado el caso, en la actualidad no creo que ocurra, pero bueno… Si las cosas deben seguir como las están manejando debajo del agua los ampáyeres, está bien, está bien que el pelotero continúe pagando su cuota, que los aficionados se acostumbren al favoritismo de estos hombres, que los directivos sigan viendo como se les van las victorias de su parque y que las cosas no cambien. Quisiera decirles que me arrepiento, pero no. Creo que es justo que en los campos se libren batallas limpias, que el coraje no nos machaque el hígado por una mala decisión de un árbitro, porque todos perdemos, pero el que más pierde es el béisbol. Hoy en una entrevista que me hizo Eduardo Almada para su programa de radio Pasando la Bola, dije que: Amo el béisbol porque me dio un marido, dos hijos y un hogar, pero sobre todo, porque me da de comer. Si no amara este deporte no podría escribir relatos, mis cuentos no serían lo que representan: un mensaje de vida, de lucha, de trabajo. En la entrevista que tuve con Luis Alberto Ramírez en el MSN, vi una velada amenaza, pensé que me buscaba para aclarar mi nota, pero no, no fue así. Hasta la fecha debo decirles que mucho insistió por obtener los teléfonos de Mercedes y hasta este momento no se ha comunicado. Nada más debo decirle que yo jamás meto las manos al fuego por nadie y Luis Alberto Ramírez puede salir ampollado, ya que no estoy contra él, no estoy contra los ampáyeres, estoy contra la corrupción que se maneja favoreciendo a unos y dejando en el camino a otros. ¿Y quién soy yo? ¿Por qué no me quedo callada? Esto es un conflicto para mí, pero sobre todo es un problema para Mercedes y mis hijos. Aunque Dante Lugo habló con Mercedes para que yo bajara la nota de Hitazos, no lo hice, esto no es un juego, no es mitote de vecindad, no es un bochinche de estadio. Esto es una denuncia donde están de por medio muchos intereses: La de los ampáyeres y gente que se presta. Si ellos son más poderosos que la verdad que se vive y que es un secreto a voces entre peloteros, entonces señores, sí. Sí debo disculparme con mi familia por meterla en estos aprietos, ya que lo que me perjudica a mí, nos concierne a todos, afortunadamente somos una familia muy unida y yo le dije a Luis Mercedes: No te preocupes, deja que Dios lo haga por mí. A él le mortifica que, como se batean las cosas en México me demanden, a mí no. Aún creo que los mexicanos podemos cambiar. Si los que sabemos levantar la voz por los que callan, no lo hacemos, entonces no tenemos derecho a una queja, no tenemos derecho a enojarnos, a exigirle a un árbitro que sea justo en su trabajo, ¿con qué cara lo haremos? Si como dice Eduardo Almada que, en una entrevista Oscar Robles negó el hecho, lo siento mucho por él, soy honesta y estaba segura que él también, lo era. Si los ampáyeres pedían plata y Dante Lugo se prestó, ¿por qué mejor no fue con don Víctor Cuevas hacer una denuncia? ¿Y si Dante Lugo niega todo, bueno, qué más puede esperarse de un bocón? Estoy segura que si él hubiera sabido que escribo en una página de béisbol se cuida al hacer este tipo de comentarios, donde no sólo involucró ampáyeres sino sueldos de jugadores y hasta mordió la mano del que le da trabajo. Pero esto no es lo que nos trae aquí, eso, es una cereza en el pastel. Yo sostengo lo que escribo y lo hago porque no tengo necesidad de inventar algo para perjudicar gente inocente, eso no hablaría bien de mí ni de mis creencias, donde me paso masticando que Dios por aquí y que Dios por allá. Si como dice Luis Alberto Ramírez que están limpios, entonces que se investigue, no creo que Dante Lugo abra la boca a ver que se le cae. Otra cosa, hay una parte donde Ramírez hace hincapié sobre Humberto Sáenz, el Lobito y asegura que yo sé lo que él y los jugadores hacían cuando se juntaban. Sólo durmiendo con el Lobito, yo podría haberme dado cuenta de sus andanzas, mi familia y yo siempre nos mantuvimos fuera de peloteros y ampáyeres. Si Luis Alberto dice que me conoce, entonces esto le hubiera dado una pauta y no se balconea como lo hizo en el MSN. Admiro al Lobito ya que de él, nunca se mencionó un trato de corrupción con jugadores, al menos este ampáyer supo ganarse el respeto del pelotero, para él era negro o blanco, nunca fue gris. ¿Qué se equivocó? Si y mil veces reconoció sus errores hablando con el pelotero, no como algunos árbitros que cuando se les reclama contestan con un recordatorio de madre. Ahora Humberto Sáenz trabaja en el canal 17 de televisión en Hermosillo, y al lado de Óscar Soria hacen más amenos los partidos ya que él vine a nutrir con sus comentarios y anécdotas, la transmisión. Me da gusto que tenga un trabajo y que siga viendo la vida con optimismo. Porque del árbol caído todos hacen leña. Pero este caso no se trata del Lobito, el Lobito ya es historia. Esto es como si digo: Mataron un perro. Y los medios se desgastan preguntándome si fue con la mano izquierda o derecha. Señores, con la mano que fuera. ¡Mataron un perro! Y el perro, apesta. No hay que desviar la atención. Los ampáyer, según Dante Lugo, lo utilizaban para cobrarle a los jugadores. Ese es el caso. Y durante la charla con Eduardo Almada dijo que, los directivos de la Liga Mexicana del Pacifico hablaron con los ampáyer ya que se habían enterado que un dirigente de las oficinas de los Tomateros de Culiacán había estado conversando con ellos durante la serie, a lo que se preguntaron ¿qué hace un director de los Tomateros hablando con los ampáyeres? Inmediatamente la Liga Mexicana del Pacífico tomó las riendas del asunto y bueno… Yo no soy mal pensada, pero no creo que averiguaran a como estaba el kilo del tomate, ¿o sí? ¡Que alguien me explique! Otra cosa, Eduardo también comentó que, tampoco la Liga Mexicana del Pacifico estuvo de acuerdo con la mala decisión que tomó la sexteta de árbitros al darle el cuadrangular a Daniel Fornés, pero bueno, palo dado, ni Dios lo quita. Los Mochis cargaron con la derrota y Mazatlán fue a la final. Aunque creo que el equipo de Los Mochis perdió, el béisbol ha ganado ya que, han dejado un precedente en esta Liga para que, lo que a ellos los hundió, no vuelva a suceder. Pero yo, ¿por qué no me callo? ¿No sería más fácil para mí, dormir y comer, mientras al alrededor el mundo sufre descalabros? Que se caiga el cielo y se pudra la tierra, ¿a mí qué? Que el béisbol se llene de viudas y en los laboratorios nazcan orines que den como fruto esteroides, ¿eso a mí qué? ¿Por qué no me callo? No me callo porque cuando se gana una batalla por un bien, sé que mi pluma sirvió de algo, y cuando un grupo de jugadores responden al llanto de una viuda, sé que existe alguien que siempre está leyendo y se preocupa, sé también que hay padres de familia que le hablan a sus hijos de un niño que un día perdió un guante y que su sueño lo llevó a grandes ligas, que otro pequeño en Chihuahua no tenía zapatos de béisbol y alguien que jugó con ese chaval dice: Señora, lo que usted escribió es verdad, Mario Mendoza jugaba descalzo, yo lo conozco. Y cuando veo un Museo donde descansan las pertenencias de don Héctor Espino, sé que de esta computadora salió el escrito que marcó la diferencia. Al menos la conciencia descansa, cuando muera no llevaré nada, sólo mis luchas, lo que haya escrito, y lo que me tocó vivir. Esta temporada se cumplen diez años desde que el Diario del Yaqui me abrió su casa en la Página de Quehacer Cultural, que comanda Ramón Iñiguez. Eso, es lo que me llevaré. No es la primera vez que peleo por un ideal o por una creencia, aún recuerdo cuando trabajaba para las Fiestas Patronales de San Judas Tadeo y fui con el Padre Sergio a exigirle que quitara los vitrales de plástico que estaban poniendo, porque en los templos son de vidrio, y él se negó, ya que el plástico era más barato, le dije que para eso trabajábamos, para hacer bien las cosas. Él siguió montado en su macho y yo me retiré de la iglesia, ojo, dije de la iglesia, no de Dios. Nadie se atrevió a reclamarle porque era sacerdote, solamente yo, ¿mi premio? Me desprestigió por cualquier lado. Ahhhh, pero mi Dios es grande. Un día vino un ciclón y reventó los vitrales, el suelo se llenó de plástico, regresaron los huecos y… Tuvieron que poner vitrales de vidrio. Cuando el padre Efraín me dijo: Elia te anda buscando el padre Sergio, contesté: A mí los curas no me preocupan, yo se los entrego a Dios y Dios los manda pa´ la sierra. Contra el cacicazgo Quiroz Romo fue peor, el presidente municipal Carlos Quiroz había contribuido con la Escuela de Escritores donde yo estudiaba y quiso heredarnos a Irma, su mujer y seguir mamando del pueblo, alcé la voz. ¿La recompensa? Que este señor no se presentara a nuestra graduación y que sólo nos enviara un papel de despedida. ¿Graduación? Quisieron que en una clase el Maestro y Poeta Francisco Luna entregara el diploma. De nuevo me levanté y pedí un fin de cursos digno de los dos años en que sostuvimos una escuela, en la que nadie creyó. Pero no quiero cansarlos, mi nombre corría por boutiques y plazas, me deshilacharon y no sólo a mí, de paso quisieron llevarse a mi familia y ahí sí, las enfrenté una, por una. Dios y el tiempo pusieron a cada quien en su lugar. Ellos continúan chupando del poder, y digo esto porque eran líderes de la Renovación Cristiano Carismática, ahora han pertenecido a tres partidos políticos, PRI, PRD, y PAN. ¿Qué tal, eh? Pero su mujer no ganó para presidenta municipal como ellos querían, aun cuando en sus discursos involucraban la palabra de Dios y aseguraban que Él les había prometido la victoria. Cuando la gente me cuestionaba a cerca de eso, yo siempre contesté: Que raro, a mí Dios no me ha comentado nada. Digo, si Dios hablaba con ellos, también podía hacerlo conmigo, ¿qué no? El pueblo (Navojoa), había olvidado que a causa de cacicazgos familiares nuestra patria se desangró, menos mal que fueron los menos. Todos pelean por sus intereses, ¿qué hay del béisbol? Tal vez soy una soñadora, pero de algo estoy segura: Si nos quedamos callados, el béisbol nunca cambiará. ¿Tú por qué no te callas, Guaicaipuro, Cuautémoc, Hatuey, Guarionex, Guayrocuya, Siboney, Negro Miguel, Caupolicán, Lautaro, Calatayud, Toroté, Andresote, Guimaraes, Dos Santos, Francisco de León, Chirinos?

Por ley de 1532 te vetamos escribir o leer romances o historias ficticias, por ley de 1569 te enviamos el Santo Oficio de la Inquisición para salvarte el alma que no tienes.

¿No te enseñamos a leer el decreto que te prohíbe escribir?

¿No te enseñamos a hablar para que calles?

¿No sabes que no tienes alma? ¿No sabes que no sabes?

¿Por qué tú no te callas, Guaicaipuro Cuautémoc, mientras nos destronan en Europa?

 

Luis Britto GarcíaEscritor venezolano - Noviembre 2007

 

 

¡Dios Salve al Béisbol! Navojoa Sonora, febrero 4 de 2008

 

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